Imágenes Eléctricas de Pozos y uso de la Petrofísica en el estudio de Yacimientos Fracturados.
En muchos de los grandes campos de petróleo y gas ubicados en diferentes partes del mundo las fracturas localizadas en carbonatos, areniscas y lutitas constituyen yacimientos productores. Recientes descubrimientos de hidrocarburos en rocas de basamento han demostrado que las fracturas pueden crear un yacimiento productor a partir de estas rocas consideradas como no productoras.Para poder desarrollar estos yacimientos fracturados de forma adecuada, es preciso llevar a cabo un esfuerzo integrado en la evaluación de los mismos. Se debe realizar un análisis exhaustivo de las fracturas existentes, en términos de su geometría, origen, morfología, densidad y porosidad.
Características de los yacimientos fracturados
Los yacimientos fracturados son generalmente espesos, la porosidad dominante es secundaria o debida a las fracturas y la permeabilidad es irregular. Los poros de la roca yacimiento pueden o no contener hidrocarburos; ya que la producción varia enormemente entre los distintos pozos de un mismo campo y presentan diferentes contactos agua-petróleo.
La interpretación de los sistemas de fracturas de diferentes orígenes y atributos constituye una de las tareas más difíciles relacionadas con los yacimientos fracturados. Se debe poner especial atención en los intervalos en los que existen fracturas con varias orientaciones diferentes, puesto que son importantes para determinar la relación geométrica que existe entre los diferentes tipos de fracturas.
La relación entre la orientación de la fractura y la estratificación es de fundamental importancia. Si las fracturas se encuentran dispuestas en un sistema coherente, a pesar de algún cambio en la estratificación, ello indica que no han sufrido rotación. Si, por el contrario, se hubiera producido algún cambio en la orientación de la fractura, se debe anular el buzamiento estructural antes de comenzar la interpretación final.
Desde hace varios años la industria petrolera utiliza la perdida o el aumento del volumen de lodo para detectar yacimientos fracturados. Este sistema se basa en la diferencia de presión hidrostática del lodo y de la formación. Los registros de rayos gamma pueden servir para definir las fracturas que presentan una alta concentración de Uranio o de otros minerales radiactivos. El perfil de litodensidad es capaz de reconocer revoques gruesos y agrandamientos del pozo en zonas fracturadas en rocas sólidas y no porosas. La separación entre las curvas de resistividad obtenidas en rocas no porosas resulta una buena indicación de la existencia de fracturas. La diferencia entre los valores de la porosidad sónica y la neutrónica también indica la presencia de yacimientos fracturados, puesto que la porosidad derivada del sónico define la porosidad de la matriz, mientras que la porosidad derivada del Neutrón mide la porosidad total. Los saltos de ciclos en los registros sónicos y la atenuación de las ondas sónicas son probablemente los indicadores de fracturas más utilizados comúnmente.
La nueva generación de herramientas de perfilaje de pozos abiertos que tenemos en la actualidad, las cuales comprenden: el FMI, el generador de imágenes de resistividad Azimutal (ARI) y las imágenes ultrasónicas de las paredes del pozo UBI, constituyen un instrumento efectivo para resolver muchos de los complicados aspectos de los yacimientos fracturados. La elevada densidad de muestreo y la resolución vertical de las herramientas FMI han incrementado aún más la habilidad para reconocer las fracturas de un amplio rango de anchos.
Estas herramientas son capaces de identificar la geometría, la morfología y los atributos de los diferentes tipos de fractura que varían desde el grosor de un cabello hasta fracturas grandes y abiertas. Con la introducción de las estaciones de trabajo se han hecho grandes progresos en el manejo de este amplio espectro de investigación y ha aumentado la habilidad para definir y comprender los diversos orígenes de los sistemas fracturados.
Basado en información publicada por THE SEARCH for Oil and Gas in Latin America and the Caribbean. (Number 6, 1998).