Mi versión de la historia de la industria petrolera

Mi versión de la historia de la Industria Petrolera


Antes que nada, quisiera presentarme, mi nombre es Patricia Muñoz, y estudio ingeniería de petróleo en La Universidad Central de Venezuela. Lo que pretendo con este artículo no es dar una serie de información técnica sobre la industria de Petróleo que sólo entenderán los que conocen mucho sobre la materia (los que han ido a algún congreso sin tener mayores conocimientos sobre los temas a exponer saben bien de lo que hablo), mi objetivo es trasmitir, con mi punto de vista muy personal, información general sobre la historia de la industria petrolera, de tal modo que pueda despertar el interés o la inquietud de quien lea mi artículo.

La industria petrolera en Venezuela comenzó en 1878 cuando Manuel Antonio Pulido vio salir petróleo, producto de un sismo, en su hacienda La Alquitrana, en el Estado Táchira. Pulido adquirió una concesión por parte del Estado para explotar ese petróleo (hace poco escuche que él obtuvo esa concesión sin mayores dificultades debido a que estaba casado con la hija de un importante gobernante del momento, yo siempre he dicho que detrás de todo hombre exitoso está una mujer, y después de todo se puede decir que el surgimiento de nuestra industria petrolera no fue sólo una cosa de hombres) y funda la sociedad Petrolia del Táchira. Sin embargo, a nivel mundial el conocimiento de la existencia del petróleo data desde hace muchos siglos. Se menciona en la Biblia y en documentos históricos de China y Japón mucho tiempo antes de la Era Cristiana. Según un libro llamado “Petróleo” escrito por Guillermo José Salas, el petróleo se usó en la ciudad de Ur, Caldea, unos mil años antes de Cristo y los romanos usaron el petróleo hace dos mil años para iluminación y con fines medicinales y bélicos, el cual obtenían de afloramientos naturales en Sicilia. Los rusos recogían y transportaban petróleo ya en 1723 y excavaron sus primeros pozos entre 1806 y 1819, pero como cosa rara fue en Titusville, Pensilvania, Estados Unidos, en el año de 1859, donde se comenzó a horadar la tierra para sacar petróleo y desde entonces el interés por encontrar yacimientos o acumulaciones económicamente rentables de hidrocarburos no ha dejado de crecer.

El primer mecanismo de perforación de un pozo fue la perforación por percusión, que consistía en dejar caer bruscamente una mecha muy pesada sobre la formación, lo cual debió haber dejado sordo a más de un hombre puesto que el sonido del golpe de la mecha con la formación era bastante fuerte. Gracias a Dios la industria fue evolucionando y con el tiempo dejamos de transportar barriles de crudo (así como los de El Chavo) en especies de canales para hacerlo a través de ductos y buques tanqueros y pasamos de perforaciones por percusión a perforaciones en todo tipo de direcciones con un sistema de perforación rotatoria.

Retomando la historia de la industria en Venezuela, es relevante decir que ya a comienzos del siglo XX a nivel internacional se sabía que nuestro país tenía grandes posibilidades de contener yacimientos de petróleo, y algunas empresas internacionales habían adquirido concesiones para explotar asfalto (en principio de los menes, como los que están en la zona del lago de Guanoco) y para explotar petróleo en caso de conseguirlo, y sí se consiguió petróleo pero no en cantidades considerables hasta 1914, cuando en el pozo “Zumaque-1”, del Campo Mene Grande, estado Zulia, en manos de la concesionaria Caribbean Petroleum Company, hubo un reventón que puso a producir al pozo a razón de 250 barriles por día, y con esa noticia las concesiones entregas por el Gral. Juan Vicente Gómez a empresas extranjeras comenzaron a llover y el campesino venezolano pasó a ser un obrero petrolero. La industria petrolera en Venezuela comenzaba a crecer exitosamente. En el 1917 se crea la primera refinería y a pesar de que los únicos que se estaban llenando los bolsillos con la explotación petrolera eran las empresas extranjeras y los miembros del gobierno, en 1920 se crea la primera Ley de Hidrocarburos con el objetivo de aumentar los impuestos que estas empresas debían pagar al Estado para aumentar los ingresos “de la Nación”. Otro hecho histórico ocurrió en 1922, en Campo La Rosa, estado Zulia, cuando ocurrió el reventón del pozo “Barroso 2”, el cual produjo 100.000 barriles diarios por 10 días seguidos hasta que el taladro se vino abajo y tapó al pozo. Luego de este acontecimiento se siguieron descubriendo una serie de importantes yacimientos tanto en el occidente como en el oriente del país y cada vez se perforaban más pozos exitosos en tierra y aunque al principio fue motivo de burlas por pensarse que era absurdo, sorpresivamente se hallaron pozos muy exitosos en el Lago de Maracaibo y en poco tiempo el Lago parecía una ciudad de taladros de perforación. Mientras todo esto ocurría, el trabajador petrolero venezolano luchaba a través de sindicatos por obtener condiciones dignas de trabajo y de vida para ellos y sus familias ya que durante todo ese tiempo dichas condiciones eran desde malas hasta deplorables y los celos por la forma de vida de los ya empresarios petroleros extranjeros eran inevitables. El venezolano poco a poco tomaba conciencia sobre la evolución de la industria del petróleo y sobre el papel secundario que jugaba la nación en dicha evolución. Artículos como “Sembrar el Petróleo” de Arturo Uslar Pietri abrían los ojos de los venezolanos en las ciudades del centro del país que hasta entonces no asociaban que la modernización de sus ciudades y el surgimiento de una clase media a burgués se debía a explotación de un recurso no renovable extraído de los poros de las rocas llamado petróleo. Tal hecho dio pie a reformar la ley de hidrocarburos (la cual había sido reformada antes 7 veces desde la de 1920) y se promulgó la nueva Ley de Hidrocarburos de 1943 que en términos generales aumentó el impuesto de regalía a 16 2/3% de la producción y se consagra la reversión de las concesiones al término de 40 años (¿Mucho tiempo no?), más adelante se hicieron dos reformas de esta Ley, la de 1955 y 1967. En 1948 se consagra el principio (en la Ley de impuesto sobre la Renta) del reparto de utilidades equivalente al 50-50 entre gobierno y empresas petroleras, es decir las ganancias se repartían por igual entre los dos.

Otro hecho relevante para mí fue la creación en 1960 de la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP) la cual fue la primera empresa estatal destinada a cubrir las diversas fases de la actividad petrolera y la creación de la OPEP. Luego de esto se hicieron y modificaron un montón de leyes y decretos, mientras el país adquiría experiencia de la técnica y las Leyes en materia petrolera, pero hecho relevante fue la Ley de Reversión donde los bienes de las empresas petroleras, las tierras, instalaciones y equipos pasarán al patrimonio nacional (no se ustedes pero yo me siento tan orgullosa cuando leo esto), esta Ley fue la base que se concretó con la nacionalización de la industria petrolera (algunos la llaman estatización ¿Qué piensa usted?), la cual se decretó el 21 de agosto de 1975, la cual reserva al Estado la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos. Con esta Ley se acaban las concesiones y las empresas comienzan a trabajar como subsidiarias de Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA).

En los años siguientes muchas cosas han pasado, tanto PDVSA como la OPEP se han fortalecido en algunos momentos y debilitado en otros. La sociedad se ha hecho adicta del petróleo y no debe haber nadie en el mundo que no sepa algo sobre este recurso y su industria, nos encanta disfrutar de todo lo que nos da el petróleo pero esperamos con ansias el día que algún científico nos diga que podemos sustituirlo por otra fuente energética más limpia y rentable antes de que destruyamos nuestro mundo por la contaminación que genera el uso de los derivados del petróleo. En cuanto a Venezuela… para bien o para mal, las cosas en PDVSA han cambiado mucho desde que comenzó el actual siglo XXI. Sólo voy a decir que ahora las empresas trabajan para PDVSA bajo el concepto de empresas mixtas donde en términos muy generales PDVSA tiene 60% de las acciones y las empresas mixtas el 40%, el resto de lo ha pasado o está pasando averígüelo usted puesto que yo prefiero reservarme mi versión de esta historia.

Patricia Muñoz

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